77 años después de finalizar la Segunda Guerra Mundial los viejos fantasmas del sangriento siglo pasado vuelven a cobrar vida. La sociedad europea actual mira con incredulidad a una Rusia que recuerda a otros tiempos, que tiene por líder a un déspota que ha elegido el peor de los destinos posibles para Ucrania, y a la vez, para su propio pueblo.