¿Privacidad digital? Te cuento un secreto a voces: NO EXISTE

¿Alguna vez le has comentado a alguien que quieres comprarte un producto o hacer un viaje, y horas después te aparecen anuncios de eso mismo? Estoy seguro de que te ha sucedido algo similar al menos una vez.

La privacidad ha sido uno de los derechos de las personas que, debido al rápido avance tecnológico, hemos perdido. Si tienes un dispositivo conectado a internet no hay manera de mantener tus datos privados. Esto no es algo nuevo, pero tampoco hace mucho que la sociedad perdió esta batalla sin darnos cuenta. La privacidad ha sido destruida por teléfonos inteligentes, cámaras, dispositivos «smart«, conectividad, monetización de los datos, etc. El límite entre lo privado y lo público cada vez es más difuso y no hay regulación que lo pueda mitigar.

Pero ¿cómo hemos llegado a esta situación? La culpa la tiene fundamentalmente la publicidad y el análisis de los datos. Nos encanta utilizar servicios en los que nos registramos con un email, empezamos a usarlos y no pagamos nada por ello. ¿O quizás sí?

Vamos a hacer un recorrido cronológico comentando los puntos de inflexión que han llevado a la destrucción de la intimidad digital. Comencemos por el precursor de la monetización de los datos digitales.

EL INICIO DE LA MONETIZACIÓN DE LOS DATOS: GOOGLE Y FACEBOOK

Google nace en el año 1998 de la mano de dos estudiantes de la universidad de Standford.

Google el 2 de diciembre de 1998 - Tecnógrafos
Google el 2 de diciembre de 1998

Su pequeña startup captó la atención de varios inversores que financiaron este interesante servicio que todos conocemos. A partir de ese momento Google no necesita más presentación. Lo que realmente me interesa que sepas es que la empresa del famoso buscador no podía sobrevivir de un primer inversor por siempre, debían de buscar una forma de financiarse y la encontraron en la publicidad.

La publicidad representa en la actualidad el 86% de la fuente de ingresos de Google. Sin embargo, las empresas que quieren publicitar sus productos tienen que saber qué grupos de personas están dispuestos a comprárselos. Esto es lo que en marketing se llama el target. Google proporciona este análisis a través de los datos que generan sus propios usuarios. Pero no es la única. Facebook es otro buen ejemplo de cómo análisis de datos genera enormes cantidades de dinero.

Facebook nace en el año 2004 de la mano de un joven estudiante de la universidad de Hardvard.

Facebook en el año 2004. Fuente Marketing4eCommerce
Facebook en el año 2004. Fuente Marketing4eCommerce

Su pretensión fue crear una especie de anuario escolar digital, el cual tuvo muchísimo éxito en la propia universidad. A partir de ahí su expansión ha sido mundial.

Esta empresa con sus servicios Facebook, Instagram y WhatsApp, todos «gratuitos», en el año 2018 empleaba a más de 35.000 personas (en 2021 esta cifra ha aumentado hasta los 71.000 empleados) y obtuvo unos ingresos por valor de 55.838 mil millones de dólares de los cuales 24.913 mil millones de dólares fue el beneficio neto de explotación.

Seguramente ahora te estés preguntando de dónde salen estos beneficios si sus servicios se ofrecen al público de forma gratuita. Sencillo: de ti, de tus datos. Tú eres el producto. Estás pagando el servicio de WhatsApp no con dinero, sino con datos que generas a través de su uso. El 98% de los ingresos de Facebook proceden de la monetización de los datos generados por sus usuarios.

Ingresos de Google y Facebook (desplaza para ver). Fuente Syfe y Seoquake

Lo que ocurre al final es que estos servicios supuestamente gratuitos no lo son. Insisto, los estamos pagando con nuestros datos personales. Nuestra privacidad es el precio a pagar por disponer de ellos.

Ahora que conoces la fuente de ingresos de estas empresas, hagamos un repaso sobre qué saben sobre ti. Alguna vez te has planteado ¿qué sabe Google de ti? Básicamente lo sabe todo de tu vida personal: tus búsquedas en Google (intereses, dudas, problemas personales, planes, gustos, etc.), los vídeos que ves en YouTube (tus aficiones, hobbies, etc.), los correos que envías o recibes en Gmail (facturas, registros en servicios web, correos de trabajo, etc), todos los lugares a los que vas con Google Maps y Android Auto, las fotos que haces en tu móvil y guardas en Google Photos, todo lo que compras con Google Pay, lo que escribes con el teclado de tu teléfono, tus trabajos, presentaciones y documentos personales que guardas en Google Drive, con quién hablas y a dónde vas desde tu teléfono Android, tus contactos, tu actividad física y estado de salud con tu reloj Wear OS, etc. Si has nacido a partir del año 2010 entonces Google, Apple y Facebook saben todos los sitios por los que has pisado sobre la faz de la tierra.

¿Y Facebook? Al igual que Google, a Facebook le interesa analizar tus conversaciones de WhatsApp, las imágenes que subes a cualquiera de sus aplicaciones, tus contactos del móvil, tus likes, tus opiniones, tus sentimientos, cuándo te despiertas, si te emborrachas, si le eres infiel a tu pareja, si te enfadas con tus amigos, etc.

Tus datos son el petróleo que ellos obtienen de ti para venderlo a terceros y obtener beneficio aplicando técnicas de heurísticas para hacer análisis de mercado. Seguro que te suena el término de moda acuñado para expresar esto pero que no sabías que significaba: Big Data.

Si pusieran los datos que has generado en estas aplicaciones de forma ordenada, obtendrían una definición de ti más exacta que la que pudieran dar tus familiares, amigos o conocidos. Saben cuándo te despiertas y cuándo te vas a dormir, tus opiniones políticas, tus gustos e intereses, dónde trabajas, dónde vives, dónde estás en tus ratos libres, cuáles son tus planes, qué deseas, que te molesta, que no te gusta, tu estilo de vida, qué comes, etc.

«Si pusieran los datos que has generado en estas aplicaciones de forma ordenada, obtendrían una definición de ti más exacta que la que pudieran dar tus familiares, amigos o conocidos»

A lo largo de los años han ido recopilando tanta información que pueden hacer predicciones increíbles y certeras sobre tus comportamientos. ¡Podrían saber cuándo vas a hacer algo antes de que tú mismo lo pienses! No sé si estás al corriente, pero son los pioneros de la inteligencia artificial más avanzada que moverá el mundo en las próximas décadas. Esto sumado a la gran cantidad de estadísticas que tienen sobre ti podrían deducir, por ejemplo, cuándo será la próxima vez que hagas la compra, cuándo te emborracharás o cuando será la próxima vez que vayas a hacer una visita a tus familiares o amigos.

Si te preguntas si todo esto es legal, sí lo es. Aceptaste los términos y condiciones de uso antes de comenzar. Esos términos y condiciones que tienen el tamaño de la biblia y nadie se lee. 😀

¿Inquieto inquieta? ¿Asustado asustada? Sigue leyendo porque esto no ha acabado aquí.

LA PRIVACIDAD SE REDEFINE AL SERVICIO DE LAS GRANDES

Por el 2007 la privacidad ya se había degradado hasta tal punto que las grandes tecnológicas debatían por definir correctamente lo que iba a ser la privacidad. Este debate fue llevado a cabo sin levantar mucha atención social por la controversia que podía provocar. Pero lo cierto es que el uso masivo de internet había provocado una tormenta de datos colosal que abría la puerta a una nueva oportunidad de negocio que algunos como Google o Facebook vieron años antes.

Por si no lo recuerdas por el 2007 Microsoft lanzó Windows Vista, la visionaria Apple rompe el mercado con una tecnología desconocida y disruptiva: el iPhone, y una joven empresa filántropa llamada Canonical lanza Ubuntu 7.04. No existían: smartphones Android, Netflix, WhatsApp, Spotify, Instagram, Uber….

POR SI ACASO TE LO PERDISTE…

Tim Cook el CEO de Apple planteó por el 2010 que había que modificar la definición de privacidad al contexto de la época y que fuera realista. En su opinión la privacidad debía ser la declaración al usuario de los datos que les van a recopilar. En el caso particular de Apple es una empresa que vende hardware y no necesita monetizar los datos de sus usuarios. Lo mismo ocurre con Microsoft que se dedica a vender servicios y software y no al comercio de datos. Pero otras compañías viven de ello.

Si te fijas hemos estado comentando siempre el análisis de datos para hacer informes con fines publicitarios. ¿Pero qué pasaría si hago ese mismo análisis con otros fines?

CAMBRIDGE ANALYTICA

Este escándalo destapó hasta qué punto las empresas usaban nuestros datos para sus intereses. Y cómo el uso de los mismo puede cambiar nuestra sociedad.

Si te gusta este tema te recomiendo que veas el documental de Netflix que explica el escándalo de Cambridge Analytica: Nada es privado.

Cambridge Analytica se crea en el año 2013 en Londres. Su función es el mismo que Google o Facebook, recopilar y analizar datos de usuarios con el fin de obtener grupos de interés con premisas deterministas. El problema es que su mercado objetivo no era la publicidad, eran las campañas políticas.

Esto funcionaba de la siguiente forma: un determinado partido político de un país compraba un informe a esta empresa. Y Cambridge Analytica le indicaba dónde tenía que impulsar más la publicidad o donde hacer un mitin político. Con esto conseguían optimizar el número de acciones a realizar por el partido, maximizando el número de votantes que cambian de opinión con el mínimo número de mítines o microcampañas publicitarias en determinados canales de comunicación (redes sociales, radio, prensa, television, etc).

Esto era posible porque conseguían determinar qué personas de un territorio estaban indecisas, pero eran más favorables a que votasen por el partido que los había contratado. Estos individuos solo necesitaban un pequeño impulso publicitario para terminar convenciéndoles de que debían de votar al partido. Con esta información las campañas políticas se centraban en ciertos territorios clave para conseguir ganar las elecciones. Y funcionaba.

Resumen escándalo Cambridge Analytica. Fuente Agencia AFP
Fuente Agencia AFP

Fíjate lo que se puede determinar con tus datos: sin darte cuenta un algoritmo ha analizado los datos que una empresa tiene sobre ti y sabe que estás dudando a quién votar, pero que tienes unas ideas próximas a un partido. Y así, pasas a convertirte en un objetivo para la campaña del mejor postor. Solo es necesario que sepan dónde dirigir la publicidad y terminar convenciéndote. No es magia, es ciencia de datos. Es Big Data.

«Esto era posible porque conseguían determinar qué personas de un territorio estaban indecisas, pero eran más favorables a que votasen por el partido que los había contratado. Estos individuos solo necesitaban un pequeño impulso publicitario para terminar convenciéndoles de que debían de votar al partido. Con esta información las campañas políticas se centraban en ciertos territorios clave para conseguir ganar las elecciones. Y funcionaba.»

Según los propios ejecutivos de la compañía la empresa había conseguido trabajar en más de 200 elecciones políticas a lo largo de todo el mundo, entre los cuales destacan sus grande éxitos: las elecciones de Australia, India, Kenia, Malta, México, Reino Unido (el Brexit) y Estados Unidos (elecciones presidenciales del 2016 Trump).

Cuando se destapó el escándalo la empresa terminó sus operaciones y fue destruida. Mark Zuckerberg tuvo que declarar en el congreso de EEUU para dar explicaciones sobre este asunto. Y fin. ¿Fin?

Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, comparece ante el Congreso de Estados Unidos por el escándalo de Cambridge Analytica
Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, comparece ante el Congreso de Estados Unidos por el escándalo de Cambridge Analytica

Eso es lo que ha calado en la sociedad, pero en el momento del cierre había unas 30 empresas en el mundo que hacían lo mismo. Simplemente se descubrió las operaciones de una de ellas porque obtenía información de Facebook de manera ilícita a través de una app de Facebook. ¡Si se la hubieran comprado legítimamente con un contrato seguirían operando!

En realidad, lo que ha muerto de esta empresa es el nombre, porque una parte de los directivos volvieron a crear otra empresa idéntica con el nombre de Emerdata Limited que se dedica exactamente a hacer la misma actividad.

la privacidad en la actualidad

Nada es gratis. Y en este caso hemos pagado con nuestra intimidad el precio.

En esta entrada he comentado el caso de las dos empresas más famosas, pero hay miles de aplicaciones que funcionan de la misma forma, recopilando datos para analizarlos y venderlos.

Y no solo hacen esto las aplicaciones, también los sistemas operativos, las redes Wi-Fi gratuitas, tu reloj inteligente, tu televisión Smart TV, las webs en las que nos registramos, etc. Incluso hay otras formas no digitales. ¿No te has fijado que en el supermercado te hacen descuentos si previamente te has registrado (via digital o por papel) como cliente? Este descuento es el pago que hace el supermercado, a cambio de tus datos. Su objetivo es conocer qué productos escoges en cada compra. ¿Sorprendido?

Personalmente parto de la base de que las herramientas que uso en mi día a día gratuitas no protegen mi privacidad. Pero si para mí son útiles, hago un balance entre el bien que me generan y lo que me podrían perjudicar. Por ejemplo ¿dejaría de usar WhatsApp para comunicarme con las demás personas porque no protege mi privacidad? En mi caso hago el balance, y prefiero hablar con los demás. Pero siempre teniendo en cuenta que mis conversaciones serán analizadas con fines, como mínimo, publicitarios. O Google ¿dejaría de usar su correo? ¿el buscador? ¿mi teléfono Android? no tengo muchas alternativas, así que en mi balance prefiero usarlo con cautela. Y lo que aplico para estas dos empresas lo aplico para todo lo demás.

Logo de Mozilla Foundation
Logo de Mozilla Foundation

Hay muchas personas y organizaciones (como la Fundación Apache o la Fundación Mozilla) que se esfuerzan para mejorar nuestra privacidad. Pero acaba siendo muy complicado tenerlo todo privado. Una de las personas que, por su posición, defiende este tipo de comportamiento es el fundador del movimiento de software libre, del sistema operativo GNU y de la Free Software Foundations, Richard Stallman. Te pongo este ejemplo porque él mantiene un estricto régimen de privacidad usando software libre. Usa sistemas operativos libres (Trisquel), con aplicaciones totalmente libres, un móvil sin internet, etc. En fin, yo no sería capaz de renunciar a tanto, esto ya es cuestión de cada uno.

Espero que hayas tomado conciencia de que no hay nada gratis, y que sepas ver a partir de ahora el doble filo de estas herramientas que usamos todos los días.

Por si fuera de tu interés te dejo esta página con herramientas alternativas que son menos intrusivas y se esfuerzan por proteger la privacidad. También te dejo una guía de productos con conexiones seguras realizada por Mozilla para que compres productos que protegen tu privacidad.