El papel de la energía nuclear en la lucha contra el cambio climático (PARTE I)

Han pasado casi 70 años desde que el presidente de EEUU, Dwight D. Eisenhower, leyera el famoso discurso «Átomos para la Paz» en la asamblea general de la ONU. Aquel acto dio comienzo al uso de la energía atómica con fines pacíficos o, en otras palabras, a la producción de electricidad en centrales nucleares. Desde entonces la energía nuclear ha pasado por momentos de cimas y valles: popularidad, detrimento, denostación y necesidad.

Atoms for Peace: The Mixed Legacy of Eisenhower's Nuclear Gambit
Eisenhower dando su discurso «Atoms for peace» ante la ONU

Vamos a repasar brevemente su historia (Parte I) y a explicar por qué su uso en la actualidad, representa un gran aliado para la lucha contra el calentamiento global (Parte II).

Los comienzos

El descubrimiento por parte de la sociedad del poder de la energía nuclear, empieza de forma aterradora con los bombardeos sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Aquellas bombas mostraron al mundo que la fisión descontrolada de átomos de uranio-235, desencadenaba grandes cantidades de energía. Pero ¿Qué sucedería si podemos controlar esta reacción? ¿y usar esa energía para calentar agua? Con estas dos preguntas, nace el principio de funcionamiento de una central nuclear.

Durante los años 60 tener una central nuclear era una proeza que no estaba al alcance de muchos países. Significaba tener energía gratis para todos. O por lo menos, ese era el objetivo. Todas las potencias querían tener ese poder bajo su control.

Llegada del Generador de Vapor a la Central Nuclear José Cabrera en 1966
Llegada del Generador de Vapor a la Central Nuclear José Cabrera en 1966

En plena guerra fría, los programas nucleares de occidente y de la unión soviética se desarrollaban de forma vertiginosa. Consiguiendo en poco tiempo evolucionar los diseños de los primeros reactores nucleares; logrando adaptarlos para su uso en submarinos, portaviones, barcos rompehielos e incluso hasta en faros. Era la época atómica.

apogeo

Pero la época dorada de la energía nuclear comienza en la primera mitad de los 70 con la crisis del petróleo de 1973, que hizo temblar a las economías occidentales. En EEUU el gabinete de Nixon lo tenía claro: las centrales nucleares disminuían la dependencia energética del exterior y por lo tanto eran estratégicas. Empieza a partir de ese momento un auge en la construcción de nuevas centrales. Este interés se exporta de EEUU a todo occidente. En España, por ejemplo, se proyecta la construcción de hasta ¡24 centrales nucleares!

Planes de construcción de 24 centrales nucleares españolas.
Fuente ABC

El declive

En 1975 se crea el primer movimiento antinuclear, centrado en la no proliferación de armas atómicas. Sin embargo, no es hasta 1979 cuando la opinión social sobre las centrales nucleares comienza a decaer. Ya que se produce el primer accidente grave en Three Mile Island, Pensilvania (EEUU). Un fallo en el circuito de refrigeración de la central provocó una fusión parcial núcleo del reactor, dejándolo inutilizado y provocando un escape de vapor radioactivo.

Planta de energía nuclear Three Mile Island - Wikipedia, la enciclopedia  libre
Planta Three Mile Island en la actualidad

Este grave accidente provocó que la sociedad pusiese en tela de juicio la seguridad de las centrales nucleares. Después del accidente, el movimiento antinuclear creció y puso el foco en las centrales. Este movimiento provocó una fuerte presión social sobre las empresas del sector, obligando a mejorar la seguridad y los procedimientos de las centrales de la época. Años más tarde en 1983, en España, el gobierno decretó una moratoria nuclear para dar tiempo y decidir qué hacer respecto a la construcción de nuevas centrales.

Pero el accidente más grave (y estoy seguro de que ya sabes de lo que voy a hablar) se produce el 26 de abril de 1986 en la central de Chernóbil, en la URSS (actual Ucrania). Cuando una negligencia humana sumado a un fallo de diseño, llevó al reactor soviético a trabajar muy por encima de sus límites operativos. Todo por realizar una prueba de seguridad rutinaria.

Los operadores desactivaron los sistemas de seguridad y refrigeración del reactor, e ignoraron las advertencias de los ordenadores de la sala. Provocando que el reactor 4 de la central nuclear soviética saltara por los aires a la 1:23 de la madrugada, liberando la mayor cantidad de material radiactivo a la atmósfera de la historia.

Las consecuencias de este accidente fueron devastadoras para los pobres habitantes de Prípiat que perdieron sus casas, y muchos de ellos la vida, en esta tragedia.

Este desastre sin precedentes, provocó un punto de inflexión dentro del sector. Fue un golpe letal que dejó una mala imagen que aún perdura hasta nuestros días.

Con Chernóbil como principal argumento, los activistas del movimiento antinuclear hicieron una fuerte campaña en contra, que tuvo una gran acogida por la sociedad.

Después del accidente la mayoría de los estados occidentales reaccionaron dejando en pausa las inversiones en este tipo de generación de energía. En el caso de España finalmente se decidieron cancelar las obras para la construcción de nuevas centrales (como la central de Sayago en Zamora) y parar la construcción de las obras que ya estaban en marcha (Valdecaballeros 60% construido en Extremadura y Lemóniz 100% construido en el País Vasco). No se han vuelto a construir más centrales en España, y actualmente no hay planes de apertura para centrales nuevas.

dos décadas de silencio

Después de esta catástrofe el sector continuó operando en silencio. «No News, Good News». En 2006 se crea un aumento del interés social en un nuevo modelo ecologista, impulsado por el problema del calentamiento global. La idea principal era frenar y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente CO2.

«No News, Good News»

El principal impulsor en ese momento, de la preocupación sobre este problema, fue el exvicepresidente de EEUU, Al Gore y su documental «Una Verdad Incómoda». En él, mostraba al mundo la relación directa entre aumento de CO2 en la atmósfera y el aumento de la temperatura del planeta.

Charts and figures from "An Inconvenient Truth"
Parte del documental «An Inconvenient Truth»

En ese momento, algunas voces por parte de ecologistas, comenzaban a indicar que la energía nuclear podría ser un valioso aliado contra este fenómeno, ya que no emiten gases de efecto invernadero y, por tanto, permiten ayudar a combatir el calentamiento global.

Este nuevo modelo despertó el interés en las centrales nucleares, puesto que es una energía escalable, que produce energía constante y no emite gases de efecto invernadero a la atmósfera.

de nuevo, el desastre

La fuerza de los nuevos argumentos a favor de la energía nuclear se incrementaba año tras año. Pero este nuevo interés se vino abajo cuando un nuevo accidente golpeó al sector nuevamente en 2011. Esta vez causado por un desastre natural sin precedentes.

El terremoto más potente que ha sufrido Japón en su historia y el cuarto más potente del mundo en los últimos 500 años, se cernió sobre la isla nipona el 11 de marzo del 2011. Una fuerza de 9 en la escala de Richter fue suficiente para levantar el océano Pacífico, con olas jamás previstas de 40 metros de altura, que inundaron hasta 40 km tierra adentro. Casi 20.000 personas perdieron la vida en esta tragedia como consecuencia del tsunami.

Japan Marzo 2011 - El tsunami inundando Japón
Tsunami del marzo 2011 en Japón

En el caso de la prefectura de Fukushima, una gigantesca ola de 14 metros engulló a la central nuclear que operaba en la costa. El muro de contención de 5,7 metros no fue lo suficientemente grande para poder pararla y como consecuencia de ello, provocó la inundación de toda la instalación. Incluyendo la sala de generadores diésel que mantenían el circuito de refrigeración del reactor activo.

Este imprevisto hizo que no llegase líquido refrigerante a los reactores que, aunque estaban apagados, necesitaban el refrigerante para controlar la reacción nuclear. Sin refrigeración, los reactores se calentaron hasta fundirse.

El resultado fue la destrucción de 4 de los 6 reactores de la planta y la liberación de radioactividad al ambiente.

La central de Fukushima con los reactores destruidos

Mientras el mundo contemplaba con atención el desastre, Japón decidió apagar todos los reactores nucleares. Las reacciones de otros países no tardaron en llegar. El caso más drástico fue el alemán, donde la excanciller Angela Merkel anunció la decisión de cerrar todas las centrales nucleares alemanas en un plazo de 10 años (actualmente solo les quedan 3 centrales operativas de las 17 que tenían, y éstas cerrarán en 2022).

Este accidente hizo mejorar la seguridad de las centrales nucleares en caso de un desastre natural no previsto. Duplicando los centros de control y los grupos de generadores diésel. Requirió por parte de los operadores de las centrales, una serie de grandes inversiones en seguridad y duplicado de los sistemas.

Aun así, los grupos a favor de la energía nuclear perdieron gran parte de sus argumentos, ya que Fukushima Daiichi no era una central soviética, con trabajadores poco preparados, deficiencias de seguridad graves o defectos de diseño. En este caso era una central de diseño americano, concretamente de General Electric, y operada por una empresa de energía japonesa. Era una central del primer mundo que cumplía con todos los estándares y requisitos en materia de seguridad.

La Actualidad

Desde entonces hasta nuestros días, la energía nuclear se mira con desprecio y desinterés. Es una energía denostada. Sin fijarnos en que, a pesar de los errores cometidos por la industria, la mayoría del sector es un ejemplo de cómo proceder con seguridad y eficacia.

Salida de la Tierra (Earthrise) es el nombre dado a la fotografía de la NASA tomada por William Anders1​durante la misión del Apolo 8 a la Luna el 24 de diciembre de 1968

Es cierto que ha habido errores y que miramos a esta energía como algo que no podemos controlar. Pero no es cierto. Vivimos en un mundo de aprendizaje continuo, donde mejoramos los procedimientos, las operaciones y el saber hacer todos los días.

Imagina un mundo en el que el ser humano desecha el uso del fuego porque se ha quemado. O dejamos de usar aviones porque vemos que no somos capaces de que no haya accidentes. O incluso imagina que no investigásemos el espacio porque salir es muy arriesgado.

Por cada fallo que cometemos aprendemos de nuestros errores y mejoramos. Y de cada problema aprendemos, poco a poco. Este sendero de acierto y error es lo que llamamos evolución. Los problemas que genera la tecnología se solucionan con más tecnología, no eliminando la fuente del mismo.

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